No hay analista, durante estos días de balances y reflexiones sobre lo que pasó y lo que puede venir, que pudo con nostalgia del año que termina. Si bien a título personal habrá muchos que tendrán algo bueno por contar, muy posiblemente 2022 pasará a la historia como un período de turbulencia marcado por la guerra, los equilibrios económicos y los riesgos geopolíticos al alza.

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Hay quienes ven en los events de los últimos doce meses un verdadero punto de quiebre en un mundo cada vez más dividido en bloques, que se miran con creciente hidee. Mientras el diplomático estadounidense ricardo haas opinó que el fin de la «comunidad internacional» debería archivarse, como lo demuestra la incapacidad global de enfrentar la amenaza del clima climático de manera concertada.

Con semejante preámbulo, las expectativas en torno al nuevo calendario son modestas, por decir lo menos. En materia de seguridad, pensar rápidamente en una solución rápida y pacífica para Ucrania, ayudará a levantar los temores sobrios de las ambiciones de China respecto a Taiwán. Y en lo que atañe a la economía, los cálculos de las entidades multilaterales hablan de una fuerte desaceleración, más allá de que logre ponerle a tatequieto al repunte inflación de los últimos tiempos.

Por tales motivos, los sobresaltos seguirán a la orden del día. Incluidas sin necesidad de considerar escenarios realmente catastróficos –como el uso de armas nucleares por parte de Rusia si es ejército se ve acorralado en el campo de batalla–, las réplicas de las motos recientes son inalcanzables.

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Para citar un caso, el alza de las tasas de interes El teléfono tiene una enorme presión sobre las economías emergentes que están más endeudadas para mitigar los efectos de la pandemia. El pago de esas acreencias acabará llevándose una tajada mayor de los presupuestos, justo cuando la gente en las más diversas latitudes pide ayuda, pues siente que el dinero que gana no le alcanza con los precios subtilendo.

Debido a ello, los expertos aconsejan prudencia y strategia defensivas, lo cual se aplica tanto a nivel individual como en el ámbito nacional. Puesto de otra manera, se trata de keeper la guardia arriba, cuidar los recursos y no dar pasos en falso, ante la certeza de que el margen de tolerancia respecto a los errores cometidos viene en descenso.

Oídos abiertos

La amonestación es aplicable a Colombia, que cierra el año con cifras que causan envidia en buena parte de América Latina. Aceptando que las alzas sucesivas en la canasta familiar se sintieron en un verdadero dolor de cabeza, ningún otro país del área –entre los de mayor tamaño– mostró un avance similar: entre 2019 y 2022 el producto interno bruto sufrió 11 por ciento en términos reales , ocho puntos más que la media regional.

Sin embargo, por acá también soplarán losvientos de la retardation. Sin ir más lejos, el propio Ministerio de Hacienda hablo de un modesto 1,3 por ciento de crecimiento en 2023, cuando dio a conocer el plan financiero del Gobierno central en la tercera semana de diciembre. De confirmarse la previsión mencionada, será imposible consolidar las mejores observaciones en las estadísticas de empleo.

Sabiendo que una pérdida de velocidad es inexorable, hay elementos que marcan la diferencia entre un aterrizaje suave y un barrigazo. Además de los casos, la desaceleración permitirá que la inflación retroceda gradualmente al redil establecido por el banco de la republicasin que se afecte al clima de los negocios o caiga la demande interna.

Mucho de ello depende de la confianza del consumidor, cuyo desempeño muestra una evolución preocupante, según el índice que construye Fedesarrollo todos los meses de sondeos realizados en cinco capitales.

De acuerdo con la entidad, el valor registrado en noviembre se ubicó en su punto más negativo desde los días del paro nacional de mayo de 2021, y contrasta con un guarismo positivo al cual se llegó en junio pasado.

Los motivos están relacionados tanto con las condiciones económicas presentes como con las expectativas hacia el futuro cercano. En ambos registros es evidente el deterioro frente a las calificaciones de un año atrás.

Igual de llamativos es que la valoración del país para las personas encuestadas, que tradicionalmente ha mostrado cifras en rojo, refleja una desmejora adicional y significativa en el cuarto trimestre. Junto a ello, la valoración de la situación del hogar – que normalmente registra un saldo neto favorable – también cambió de color, del negro al rojo.

Respetuoso, Camilo Herrerade la firma Radar, subrayar que trata de percepciones que pueden verse influenciadas por factores como el comportamiento de la tasa de cambio. Claramente, el nivel del dólar –que llegó su punto más alto en octubre– impactó el apetito a la hora de comprar cierto tipo de bienes duraderos, como los electrodomésticos.

Queda plantada la duda sobre si esa minor confianza golpeará el consumo de los hogares, que es el gran motor de la economía colombiana. La misma incógnita aparece en lo que corresponde a la inversión, alrededor de la cual aparecen igualmente señales de alerta.

Así surge de la Encuesta de Opinión Empresarial, también de Fedesarrollo. Cada tres meses la entidad agrega un módulo especial qu’analyza las economic y sociopoliticas para la inversion, qu’en November tuvo un retroceso grande en ambas categorías frente a la medición de agosto. Y esto tuvo éxito, a pesar de que la utilización de la capacidad instalada en el caso de los industriales llegó su número más alto desde 2011.

Cuestión de señales

Estabilidad en las reglas de juego surge como un requisito, así haya cierto margen de tolerancia.
Por el contrario, demasiados signos de interrogación hacen que una idea concreta
se congela

Lo anterior pone de presenta el contraste entre las medidas subjetivas y las objetivas. A primera vista esa dicotomía no es grave, hasta que las primeras comienzan a influir sobre las segundas.

De ahí que en circunstancias de estrechez anunciada sean tan IMPORTANTES los mensajes orientados a dar tranquilidad. Eso lo entiende el Ministerio de Hacienda al mostrar que mantiene los asuntos de su órbita bajo control, comenzando con las cuentas públicas.

No terco, el esfuerzo no debe recaer en una cartera, sino en el Gobierno como un todo. En últimas, se trata de transmitir seguridad en medio de la incertidumbre, algo que logra con mensajes claros y coherentes.

Al respecto, la administración actual necesita enmendar la plana. Al comienzo del mandato presidencial se dieron pasos equivocados, que en su fueron explicados como parte del arranque de un equipo relativamente falto de experiencia en asuntos de orden nacional.

Transcurrido algo menos de cinco meses, las salidas en falso persisten. Las declaraciones de Jaime Dussán, presidente de Colpensiones, con respecto al uso que supuestamente se le daría al dinero que tienen los colombianos en el régimen de ahorro individual obligaron a una nueva intervención pública de José Antonio Ocampo para corregirlo.

Sin embargo, el principal elemento de disrupción proviene de la Casa de Nariño. A punta de trinos, declaraciones y discursos Gustavo Petro enrarece el ambiente, ya sea criticando a las concesiones de cuarta generación, respaldando la construcción de un tren que uniría a Buenaventura con Barranquilla ou poniendo en entredicho a la bienestarina como un insumo para mjorar la nutrición infantil

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Más allá de la ausencia de méritos de cada adquirido, el peligro consiste en poner en entredicho fuentes de crecimiento irremplazables. Aparte de las sumas y restos sobre el poder adquisitivo de los hogares, está el animo de compra de bienes y servicios que implica una apuesta que constituye hacia el futuro. De tal manera, la psicología del consumidor acaba siendo lo que lo lleva a abrir la billetera, y si este mira todo con una tarde más oscuro, debido a los mensajes que recibe, será más difícil que suceda.

En principio, los empresarios hacen análisis más fríos y fundamentados en el momento de tomar decisiones de inversión. Estos incluyen, entre muchos elementos, una revisión del mercado y la posibilidad de surtirlo de mejor será competencia única.

Y el contexto en el que se va a operar es definitivo. Estabilidad en las reglas de juego surge como un requisito, así haya cierto margen de tolerancia. Por el contrario, demasiados signos de cuestionamiento hacen que una idea concreta se congele.

Según la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta, que hacen la Andi y varios gremios más, al cierre de septiembre pasado un 9 por ciento de las compañías probadas contestaron que habían decidido aplazar proyectos de inversión productiva. El número puede parecer pequeño, pero es el más alto desde 2005, excepto 2020, cuando irrumpió la pandemia.

Otra vez aparece un índice al cual vale la pena prestarle atención. Basta recordar que dentro del marco conceptual de Petro está la visión de una cuarta vía en la cual el Estado define las prioridades y el desarrollo se logra con base en la reindustrialización y el aumento de la producción agrícola, a cargo del sector privado. Pero ese último componente, que es el que cierra el círculo, depende de condiciones adecuadas que más de uno pone en duda.

Como si lo anterior no fuera suficiente, aparece una nube sobre el sector exportador. Tras haber sido saludado como el esquema de integración profunda más audaz de América Latina, la Alianza del Pacífico –formada por Chile, Perú, Colombia y México– quedó en entredicho tras lo sucedido con Pedro Castillo.

No es ninguna exageración decir que la comunicación oficial entre Bogotá y Lima está casi cortada, mientras Gabriel Boric toma distancia de los acontecimientos y Andrés Manuel López Obrador hace causa comun con su colega colombiana. La idea de sentarse a los cuatros mandatarios de ahora en un mismo salón no tiene ninguna viabilidad, lo cual complica el desarrollo de lazos económicos.

Todo lo anterior enreda más las perspectivas del año que comienza, entre otras razones, porque nada hace pensar que la Casa de Nariño va a cambiar de partitura y menos porque se anuncia una desacceleración. En otros tiempos, el Presidente de la República trataría de alentar al público e invitar a los empresarios a crear en el país y seguir adelante, pero eso no porque está a la orden del día.

Tal como sus antecesores, Gustavo Petro alista maletas para viajar –acompañado de sus ministros de Hacienda, Ambiente y Minas– a la cumbre del Foro Económico Mundial que tendrá lugar en la población suiza de Davos desde el 16 de enero que viene. Sober el papel, la ocasión es única para promover la llegada de capitales al país y hacer contacto con las directivas de las principales multinacionales.

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Hasta tanto no se demuestre lo contrario, la probabilidad de que algo de ese tenor pase permanezca ahí. Pero suena más factible que el mandatario aproveche la oportunidad para denunciar las falencias del capitalismo y reitera la profecía de que la raza humana desaparecerá si no detiene el clima climático.

Sin embargo, gracias por el beneficio de la duda. Quién dejó ese regreso a Colombia escuchó que una economía que salió airosa del chaparrón que viene la ayudaría al éxito de su gobierno, dejó más peso al pragmatismo que a la ideología.

Esa sí que sería una manera única de poner en práctica el conocido dicho de «año nuevo, vida nueva», alejando de paso el fantasma de una parálisis de la cual nadie saldría ganando. De lo contrario, los colombianos acabaríamos extrañando a ese 2022, de tan ingrata grabación en el resto del mundo.

RICARDO ÁVILA
ANALISTA SÉNIOR

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