Una nueva investigación apunta a que el uso del Botox por los jóvenes puede afectar su desarrollo emocional.

La investigación, publicada en la revista británica Revista de Enfermería Estética, indica que cada vez más menores de 25 años usan inyecciones de Botox para reducir sus arrugas. La práctica podría afectar a su capacidad para expresar emociones.

Los autores dicen que la expresión facial incide tanto en una nueva emoción como en una nueva expresión para la transmisión. Por ejemplo, dicen que no solo sonreímos porque estamos alegres, sino para llegar a estarlo.