Un reciente progreso en el ámbito espacial promete cambiar radicalmente los viajes entre planetas. Una joven empresa del Reino Unido ha revelado la creación de un diseño de cohete de fusión nuclear, denominado Sunbird, pensado para acortar considerablemente la duración de los viajes fuera de la Tierra. Este cohete podría llegar a alcanzar velocidades de hasta 805.000 kilómetros por hora, superando a la sonda solar Parker, el dispositivo más rápido hasta la fecha. Este avance podría modificar las misiones a otros planetas, reduciendo el tiempo necesario para llegar a Marte a la mitad del que ocurre actualmente.
La fusión nuclear, el proceso que alimenta las estrellas, ha sido un sueño para los científicos durante décadas. Este proceso combina átomos ligeros, como el hidrógeno, para formar elementos más pesados, liberando una cantidad de energía significativamente mayor que la fisión nuclear. A diferencia de esta última, la fusión no genera residuos radiactivos peligrosos y utiliza cantidades mínimas de combustible, como deuterio y tritio, isótopos del hidrógeno. Sin embargo, replicar las condiciones necesarias para la fusión –temperaturas y presiones extremas similares a las del núcleo de una estrella– ha sido un desafío técnico monumental en la Tierra.
El espacio, sin embargo, ofrece un entorno más favorable para la fusión nuclear. Según los expertos, la ausencia de una atmósfera y las bajas temperaturas del espacio exterior facilitan el desarrollo de este proceso, lo que convierte a la fusión en una opción lógica para la propulsión espacial. El plan para el cohete Sunbird es utilizar un diseño lineal en lugar de los reactores circulares que se utilizan en la Tierra. Este diseño permitirá que las partículas resultantes de la reacción de fusión sean expulsadas para generar propulsión.
El cohete Sunbird también destaca por su eficiencia. Utilizará helio-3, un combustible escaso en la Tierra pero que podría ser abundante en la Luna. Este combustible permite evitar los neutrones que generan los reactores terrestres, en su lugar produciendo protones, que servirán como “escape nuclear”. Aunque este enfoque sería ineficiente y costoso para la generación de energía en la Tierra, es ideal para ahorrar peso y combustible en misiones espaciales.
El proyecto para avanzar en esta tecnología es ambicioso. Este año se evaluarán ciertos componentes en el espacio, y se anticipa que para 2027 se consiga realizar la primera fusión en el cosmos con un prototipo experimental. A pesar de que no será un Sunbird completo, este ensayo será crucial para confirmar los cálculos y demostrar la factibilidad del concepto. Si todo marcha según lo planeado, un Sunbird operativo podría estar en funcionamiento en la próxima década.
Cuando esté operativo, el cohete sería capaz de llevar hasta 2.000 kilogramos de carga a Marte en menos de medio año, enviar sondas a Júpiter o Saturno en un plazo de dos a cuatro años, y llevar a cabo misiones de minería en asteroides en periodos significativamente más breves de lo que se necesita hoy en día. Además de acortar los tiempos de viaje, esta tecnología potencialmente apoyaría el desarrollo de estaciones espaciales intermedias, como bases lunares o marcianas, que podrían usarse como plataformas de lanzamiento para exploraciones interplanetarias futuras.
La propulsión nuclear basada en la fusión no solo promete transformar los viajes espaciales, sino también abrir nuevas oportunidades para la exploración y la explotación de recursos en el espacio. Aunque quedan importantes desafíos técnicos por superar, este avance podría marcar el comienzo de una nueva era en la exploración espacial, acercando más que nunca a la humanidad a destinos lejanos y ampliando nuestras fronteras en el cosmos.