El Ministerio de Trabajo negocia con los agentes sociales una revalorización del salario mínimo interprofesional (SMI) de cerca del 4% para el próximo año. Responsables del ministerio que dirige Yolanda Díaz se han reunido este jueves con representantes de los sindicatos, UGT y CC OO, y de las patronales CEOE y Cepyme para abordar la siguiente subida del sueldo base. El encuentro, que ha tenido lugar en la sede ministerial, ha servido para trasladar al diálogo social los planteamientos que han venido anunciando públicamente las partes, aunque desde Trabajo se han limitado a escuchar, sin llegar a hablar de cifras, según reconocen fuentes del Ministerio. Los sindicatos, por su parte, han explicado los “parámetros” y los “vectores” por los que consideran que debe transitar la nueva subida.

En esta ocasión, las aspiraciones de las organizaciones más representativas de los trabajadores y las del Gobierno difieren, siendo mucho más ambiciosas las de las centrales, que pretenden un aumento del SMI del 10%, por el 4% que venía sugiriendo Trabajo. Los empresarios, por su parte, han mantenido su propuesta del 3%, apelando al acuerdo de subidas salariales en los convenios colectivos que pactaron con los sindicatos para los próximos dos años. Y han reclamado, una vez más, la actualización de los contratos públicos, puesto que siguen sin poder repercutir sobre las contratas los aumentos del SMI. Una petición que han secundado, pero con matices, los sindicatos. “Siempre y cuando la actualización vaya destinada a los salarios de las personas trabajadoras y se garantice la estabilidad en el empleo”, ha remarcado Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical de UGT.

La de este jueves ha sido la primera de las reuniones que aspiran a convocar desde Trabajo para este asunto. Su principal objetivo es retomar la senda de los acuerdos a tres bandas que se suscribieron en la legislatura pasada con los agentes sociales —llegaron a firmarse 19 pactos, y entre ellos una reforma laboral—, estableciendo una subida acordada cuanto antes. Para ello, fuentes del departamento de Yolanda Díaz reconocen estar dispuestas a “ceder” en sus consideraciones, y defienden que hay “margen” para la negociación. “Hemos iniciado una nueva etapa con un nuevo Gobierno, y para las organizaciones sindicales sería muy importante e interesante que este nuevo proceso de diálogo social que hemos iniciado hoy [por este jueves] pueda finalizar con un acuerdo”, ha asegurado, por su parte, Mari Cruz Vicente, secretaria confederal de Acción Sindical de CC OO. La siguiente reunión se ha fijado para el próximo 11 de diciembre.

El encuentro de esta tarde ha estado presidido por el Secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez-Rey, quien ha defendido nuevamente que el alza que se defina ha de equiparar el salario base con el equivalente al 60% del sueldo medio, como recoge la Carta Social Europea a la que se adscribió el Gobierno. Antes del encuentro, la postura defendida por Trabajo venía siendo la de que el SMI, situado actualmente en 1.080 euros brutos al mes repartidos en 14 pagas, debería subir de acuerdo con la inflación, cuya tasa anual se estima que concluya en el 3,8%.

Sin embargo, la propuesta de partida que defienden los sindicatos va mucho más allá. Si bien estas sintonizan con que la subida de los precios debe ser la referencia para proteger el nivel adquisitivo de los cerca de tres millones de trabajadores que cobran el salario mínimo, las centrales toman como referencia el aumento del precio de los alimentos para fijarla. Así, consideran que debería hacerlo en un 10%. Esto es, mientras Trabajo parte de subirlo 41 euros, los sindicatos piden 108 y los empresarios 32. “Aunque no se ha hablado de cifras concretas, sí lo hemos hecho de los parámetros que nosotros consideramos imprescindibles para definir la próxima subida. Y lo que queremos es que se mantenga el poder de compra de las familias más humildes, que son las que cobran el salario mínimo. Si esto es así, es posible llegar a un acuerdo”, ha indicado Luján, de UGT.

Distintas referencias

Las centrales han considerado insuficiente los planteamientos de las patronales, quienes, aunque tradicionalmente contrarias a estos aumentos —no secundaron la última subida del 8% que se estableció en 2022—, en esta ocasión han movido ficha a favor de un aumento, aunque su límite sea el más bajo de los que se encuentran sobre la mesa. Para la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y el órgano de representación de las pymes (Cepyme) la estadística de referencia para fijar la subida del SMI deben ser las alzas acordadas con los sindicatos en el último Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). En él, se definía para 2024 una subida de las remuneraciones del 3% (y otro 3% en 2025), con un 1% adicional si la inflación rebasa estos porcentajes. Sin embargo, en su planteamiento los patronos dejan de lado ese 1%, que Trabajo sí asume. El escaparate del AENC al que se remiten los empresarios, no resulta apropiado para los sindicatos, puesto que consideran que las cláusulas vinculadas a la evolución de la inflación son habituales en los convenios colectivos, pero resultan de difícil aplicación en el SMI.

Toda vez que las negociaciones siguen su curso, la determinación de la cuantía del salario medio y el cálculo del 60% sobre ella son otras de las tareas que han de resolverse. El comité de expertos convocado por Trabajo será nuevamente el encargado de definir esta cifra, a pesar de que las estadísticas salariales oficiales siguen sin ofrecer una fotografía actualizada del momento actual.

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