- jaime gonzalez
- BBC Mundo, Los Ángeles, @bbc_gonzalez
Han actuado de manera “negligente” y no han hecho lo suficiente.
Esta es la posición de un grupo de futbolistas y madres de jugadores que tiene finales de agosto demanderon en una cancha de California a la FIFA. Hay varios de sus grupos asociados en Estados Unidos, como la Organización Estadounidense de Fútbol Juvenil (AYSO, por sus siglas en francés).
Requiere mejorar las condiciones de seguridad en la práctica del fútbol en las categorías infantil y juvenil y limitar los golpes de la pelota con la cabeza.
El pedido resumía las fuertes críticas que recibió la FIFA durante el Mundial Brasil 2014 en el qu’a varios futbolistas seguir jugando pese a sufrir los efectos de una conmoción.
Cuestionados, expertos médicos del órgano rector del fútbol internacional anunciaron este martes que recomendarán una serie de reglas estrictas para tratar las lesiones cerebrales.
Según el jefe del comité médico de la FIFA, Michel D’Hooghe, debe tener un partido por tres minutos cuando un jugador con una posible conmoción cerebral esté siendo examinado por un médico de l’equipo, quien decidirá si el deportista sigue o no en el campo de juego
Camino grande
Los demandantes de California consideran que no han vivido protegidos frente a los futbolistas, ponderando que se ha respetado “los intercambios que hace más de una década la comunidad médica”.
Además, necesitará detallar un plan de acción mucho más extenso que elija cómo determinar un futbolista que pueda retroceder en el terreno de juego.
Según explica, también es necesaria la creación en EE.UU. de un programa de vigilancia médica de jugadores y exjugadores, y que la práctica del cabeceo se limite entre los futbolistas menores de 17 años.
Otra propuesta es la de permitir a los equipos realizar cambios temporales para examinar a los jugadores con potencial de haber sufrido contusiones cerebrales.
La solicitud se archivará con las acciones legales emprendidas en EE.UU. en los últimos años contra la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) requiriendo a la organización compensaciones millonarias por las secuelas sufridas por los que practican este deporte al golpearse la cabeza.
El año pasado, la NFL –que había sido acusada de ocultar deliberadamente los peligros de este tipo de impactos– llegó a un acuerdo con los solicitantes, entre los que había más de 4.000 exjugadores profesionales.
La liga se ha comprometido a crear un fondo de alivio de US$700 millones para pagar indemnizaciones relacionadas con las consecuencias a largo plazo de las conmociones cerebrales y para financiar investigaciones médicas.
Los peligros de la CTE
Pesar que los expertos coinciden en que el riesgo de sufrir conmociones cerebrales graves en el fútbol es menor que en otros deportes de contacto el fútbol americano, el boxeo o el rugby, también enfatizan que el repetido uso de la cabeza que se da en el balompié hace que los jugadores también puedan sufrir problemas a largo plazo que pueden disminuir notablemente su calidad de vida.
La principal preocupación de los especialistas es la llamada encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés).
El CTE puede desentrañar el fruto de los diversos shocks cerebrales que sufren los deportistas a lo largo de sus carreras y que en el pasado ha asociado con el boxeo, siendo conocida como demencia pugilística.
Esta patología – que solo puede comprobarse en exámenes Post mortem– fue found hace unos años en las autopsias que expertos estadounidenses realizaron a decenas de exjugadores de fútbol americano que aparecieron a una edad temprana, algunos de ellos quitándose la vida.
Yes que según los médicos, la CTE, que manifiesta en un daño agudo del tejido cerebral, puede provocar pérdida de memoria y de funciones cognitivas, así como cuadros de presión, insomnio y ansiedad, entre otros síntomas.
Las investigaciones sobre el CTE están dando sus primeros pasos, aunque en EE.UU. while the NFL como las organizaciones reguladoras de otros deportes de contacto, se han tomado en serio sus posibles consecuencias y han acordado la introducción de nuevas reglas para tratar de minimizar los riesgos asociados con las conmociones cerebrales.
Así, por ejemplo, los jugadores de fútbol americano que sufren impactos fuertes en la cabeza deben retirarse del campo de inmediato para ser evaluados por médicos profesionales, que son los encargados de cidir cuándo pueden reincorporarse a un partido oa los entrenamientos.
Funcionarios médicos de la FIFA aseguraron a BBC Mundo a través de un comunicado que la organización “siempre ha dado una alta prioridad a la prevención y el tratamiento de lesiones en la cabeza”, iniciando hace más de una década estudios sobre este asunto, fruto de los cuales surgieron unas “recomendaciones claras” para los equipos y los jugadores.
Los expertos creen que, en la medida en que avanzaron los estudios sobre el CTE, es probable que emppiecen ha sucio la luz casos de exjugadores de fútbol que han padecido esta fermedad.
Hace unos meses el médico británico Willie Stewart presentó información sobre Jeff Astle, exfutbolista inglés del West Bromwich fallecido en 2002 a los 59 años.
Stewart era conocido por ser un especialista en el remate de cabeza, había muerto a consecuencia de la CTE y no Alzheimer como creyó en principio.
Cambios Requeridos
Christopher Nowinski, codirector del Centro para el Estudio de la Encefalopatía Traumática de la Universidad de Boston, planteó años alertando sobre las consecuencias de las conmociones cerebrales.
“Las regulaciones de la FIFA en lo que concierne a las conmociones cerebrales están muy por detrás de las que se aplican en otros deportes y eso se potencia en el Mundial de Brasil, cuando permitieron que futbolistas que habían quedado inconscientes siguieran jugando, poniendo en riesgo su salud”, señala Nowinski en conversación con BBC Mundo.
“Conocemos las consecuencias que puede tener la CTE y por eso es necesario introducir cambios. Cada año miles de jóvenes ven sus vidas afectadas por conmociones cerebrales, lo que se podría prevenir con la educación y el tratamiento adecuado”.
Nowinski reconoce que el número de jugadores que sufren conmociones cerebrales en el fútbol americano es mayor, pero cree que el fútbol está “en la misma zona de peligro y eso no se debe ignorar”.
El experto de la Universidad de Boston también opinó que se deben introducir cambios en la práctica del fútbol infantil y juvenil, retrasando la edad a la que se permite cabecear la pelota hasta los 13 o 14 años.
Antes de esa edad los niños no tienen los músculos del cuello lo suficientemente desarrollados como para adecuadamente los impactos en la cabeza.
Efectos a largo plazo
El Dr. Tom A. Schweizer, del Departamento de Neurociencia del St. Michael’s Canadian Hospital, asociado a la Universidad de Toronto, coincide con Nowinski en que la práctica del head ball está limitada entre los niños.
“Cuando hablamos de jugadores infantiles, hay estudios que muestran que los músculos del cuello no están lo suficientemente desarrollados para absorber el cabezazo de la pelota”, señala Schweizer en conversación con BBC Mundo.
“Hello, sumado al hecho de que todavía están aprendiendo la técnica de golpe con la cabeza, puede causar daños”,
Schweizer aseveró que la incidencia de conmociones cerebrales entre futbolistas es menos importante que en otros deportados y que todavía se debe investigar más.
Aunque indica que en un estudio que realizó hace unos meses tomando como base la literatura científica disponible sobre este tema, concluyó que más del 50% de los jugadores sufren alguna conmoción a lo largo de su carrera.