Luis de la Fuente se encontraba el jueves por la noche paladeando aún la victoria contra Escocia en La Cartuja cuando le preguntaron por Noruega, el rival de este domingo (20.45, La1). El técnico enumeró varias de las amenazas que le preocupaban: Haaland, Sorloth, Larsen y Odegaard. No mencionó, sin embargo, a la última gran aparición, Antonio Nusa, del Brujas, un regateador imaginativo y letal, un extremo de 18 años recién llegado a la selección absoluta. Y con estrépito.
Justo un mes antes, el 12 de septiembre, había circulado en las redes una fotografía tomada en el vestuario del estadio Ullevaal después de la ajustada victoria de Noruega contra Georgia (2-1). Aparecen Haaland y Odegaard, y entre ellos un tercer jugador al que señala del capitán del Arsenal: ese es Nusa. Acababa de despachar una exhibición de desequilibrio en su segundo día con la absoluta. En ocho minutos se había inventado sendas asistencias para los dos colosos con los que posa en la imagen.
Empezó por Haaland. Acudieron dos defensas a ahogarle a la izquierda, donde Nusa se desenvuelve a pierna cambiada. Esperó, se alejó de ellos y desde ese medio metro que ganó, envió con la zurda un balón delicado y preciso al segundo palo, donde cabeceó el nueve del City. Poco más tarde, recibió en la misma zona. Esta vez aparecieron tres defensores. Fue a buscarlos al área, se coló entre ellos y dejó la pelota atrás, adonde llegaba Odegaard, que marcó con un tiro raso. El movimiento encendió un murmullo de admiración en el Ullevaal. El seleccionador de Georgia, Willy Sagnol, resumió después lo que había apreciado desde el banquillo: “Tiene un potencial fantástico. Hasta un ciego puede verlo”.
Inspirado en horas de vídeos de fantasías de Ronaldo, Ronaldinho y Neymar, Nusa es tan fulgurante en el campo como en su evolución. Había debutado con la absoluta solo cinco días antes del partido de Georgia, en un amistoso contra Jordania. A los 11 minutos ya había marcado. Ni rastro de vértigo, como explicó su seleccionador, Stale Solbakken: “Está totalmente tranquilo. Tiene los pies en la tierra, y esa personalidad es buena para el mundo en el que está a punto de entrar”, dijo. “Sabe que le quedan algunos pasos para convertirse en la superestrella de la que hablamos”.
La irrupción de Nusa en el tablero internacional se ha producido bajo la vigilancia de muchos. En verano, el Chelsea ofreció 30 millones de euros por él al Brujas, diez veces más de lo que había pagado el club belga en 2021. Entonces, el futbolista tenía solo 16 años, pero llevaba casi una temporada jugando en el primer equipo del Stabaek noruego. Allí sucedió también todo muy rápido: debutó a los 15 y marcó ese día. Como hizo el curso pasado con 17 en su primera noche en la Champions con el Brujas en Oporto: otro gol.
La promesa que supuso su desempeño la temporada pasada ha explotado esta. El salto en el Brujas es formidable. No hay futbolista en Bélgica que genere más peligro que él. Si el año pasado tiraba 2,1 veces por partido, este se atreve 4,4, más del doble, según los registros de fbref.com. También encara mucho más: se va a por los defensas 10 veces por encuentro, mientras que la temporada pasada contaba 5,5 intentos. Y con más éxito: se escapa el 58% de las ocasiones, mientras que el curso pasado triunfaba el 53%.
Las personas que han trabajado con él creen que aún no se ha visto todo. Solbakken se ha referido varías veces a la capacidad de aprendizaje de Nusa, algo que también llamó la atención del seleccionador sub 19, el portugués Luis Pimienta, que ha visto cómo el futbolista seguía saltándose peldaños: “Cuando la gente ve jugar a Antonio, ve su increíble velocidad, la técnica, el remate; pero no ve la parte invisible, los preparativos antes de los partidos para que se encuentre en esas situaciones. Absorbe información a una velocidad vertiginosa”, dice. “Es divertido sentarse con él, tomar un café y hablar de fútbol, de cómo vio el partido de la noche anterior. Entonces, lo único que puedo hacer es escucharlo: entiende el juego”.
El jueves, mientras España jugaba contra Escocia, Nusa entró en Chipre al campo en el minuto 63, con 0-1. Su tercer partido con la absoluta. El seleccionador lo dosificó para cuidar unas molestias que arrastra en los últimos días. Nueve minutos más tarde, recortó en su banda izquierda y cuando se encontró cerca de la línea de fondo puso con la zurda otro centro flotante al segundo palo. Y allí apareció Haaland para cabecear a la red. Como un mes antes en el asombrado Ullevaal, adonde regresa este domingo contra España. Ninguno de los dos estaba en marzo en el encuentro de la primera vuelta en Málaga: el del City se había lesionado y Nusa ni había llegado.
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